dimecres, 9 d’abril del 2008




No puedo igualar tu belleza
Ni en la sobria perfección de la flor
No puedo igualar tu perfume
Ni tu cuerpo, tus movimientos, tu color

Ni bien mis ojos te abrazaron
Fue un maravilloso poema de amor

Nuestros cuerpos se acoplan en la caricia
Dos piezas que siempre se han pertenecido
Hechas por el mismo carpintero
Con la misma madera, con el mismo cariño

Antes creía sin saber, me relajaba,
flotaba a la deriva en el destino

Hoy tiemblo al considerar perderte
Hoy sé que todo ha cobrado sentido
Y que sin tú que eres nexo de mi tiempo
Nada brilla, nada canta, nada es divertido

El gris es ahora sólo un tono
No volveré a estar solo, soledad no te temo